Anoche se enfrentaban dos estilos futbolísticos: el ofensivo y de triangulaciones de México, ante el defensivo y organizado Estados Unidos.
El equipo mexicano, como era de esperar, salió decidido a llevarse al equipo estadounidense por delante. A los dos minutos ya había avisado, cuando un centro cruzado se conectó con el botín de «Chicharito» Hernández, pero no logró capitalizar. Estados Unidos tardó seis minutos en recién generar una jugada de peligro y fue, precisamente, cuando abrió el marcador: Corner desde la izquierda, anticipa Bradley a la defensa mexicana y supera a un Talavera descolocado, con un cabezazo certero, contra el palo izquierdo. Los de «las barras y las estrellas» abrían el marcador con lo que mejor manejan, que son las pelotas aéreas.
A partir de este momento, empezaba a agigantarse la figura de Giovanny Dos Santos, quien, con su movilidad, empezaba a inquietar a la defensa rival, donde el local apostaba todo a la velocidad de Freddy Adu. De esta manera llegó el 2-0: triangulación de Adu, Dempsey y Donovan, quien queda solo ante Talavera y pone el partido 2-0, en forma inexplicable. Se lo notaba golpeado al equipo mexicano, con un resultado desfavorable pero, que al mismo tiempo, daba la sensación que, si metían un gol, el partido se les volcaba a su favor, porque este equipo de Estados Unidos mostró, a lo largo del torneo, una defensa muy floja. Por eso no sorprendió, que a los 28 minutos, llegase el descuento mexicano: Pase en diagonal para la entrada de Barrera, quien le pegó como venía contra el palo, ante la mirada estática del portero Tim Howard. El partido seguía con un ritmo vertiginoso y, siete minutos después, llegaría el empate: Se escapa Dos Santos por la derecha, llega al fondo del área, centro rasante y Borenstein, queriendo rechazar (parece que no le enseñaron que se rechaza al costado y nunca al medio) la manda al medio, justo para Guardado, quien solo tuvo que empujar la pelota. El partido se ponía 2-2 al final del Primer Tiempo.
El Segundo tiempo fue más de lo mismo, donde Giovanny Dos Santos estuvo intratable. Por eso, apenas reanudado el partido, tras una serie de rebotes en el área de Estados Unidos, Barrera da vuelta el partido, definiendo cruzado, a la izquierda de Howard. 3-2 y ahora Estados Unidos debía salir a buscar el partido. Inexplicablemente, México casi se arruina su propio partido, al retrasarse demasiado, donde empezaba a crecer la figura de Michael Bradley, haciendose cargo de la pelota y del juego estadounidense. Es por eso que, a los catorce minutos, casi llega la igualdad. Tras una serie de rebotes en el área mexicana, le queda la pelota servida a Clint Dempsey (un jugador bárbaro pero que nunca ha encontrado su lugar en esta selección), quien saca un zapatazo que le revienta el travesaño a Talavera. Es por eso que el viejo axioma del fútbol dice: gol que no se convierte en un arco, se sufre en el otro. A los 31 minutos, Giovanny Dos Santos convirtió un gol que será el del torneo, al estilo «Playstation»: queda la pelota al costado del área, justo a los pies de este jugador, con un Tim Howard que salía a achicar. Empezó con una serie de enganches, eludiendo al arquero y picándola por encima, clavando la pelota justo al ángulo izquierdo del portero, donde también venció el salto de Michael Bradley.
Con ese gol se selló el partido y México es el bi- campeón de la Concacaf, donde jugará la Copa Confederaciones en Brasil, en el 2013.