
En distintos países cada torneo tiene su propio formato. En Estados Unidos hay una temporada regular que va desde Marzo hasta Octubre para recién poder clasificar a la Liguilla (o playoffs como es conocido en inglés), algo que puede ser como un castigo para el equipo que haya tenido la mejor temporada en todo el año, como le sucedió a los San José Earthquakes hace un par de temporadas teniendo una temporada larga manteniéndose en el primer lugar para luego perder un partido y despedirse de la temporada.

En México hay un torneo corto para luego hacer una Liguilla entre los ocho mejores y de ahí determinar el campeón en partidos de ida y vuelta, lo que hace que sea más emocionante la definición y hay mucha paridad entre los equipos, donde cualquiera puede terminar de coronarse campeón, como podemos ver en el recuadro.
En Argentina es otra historia, con la creación de un torneo de Primera de 30 equipos. A la vez se hizo un mini- torneo, desde Enero hasta Junio de este año, con dos grupos de 15 equipos donde el ganador de cada zona juega una Final. El tiro le salió por la culata a la AFA, ya que lo habían diseñado para que Boca y River se enfrentasen en la Final y uno de los clasificados ha sido Lanús, que espera por el ganador del otro grupo que se definirá la semana próxima entre Godoy Cruz y San Lorenzo. A su vez, el descenso ha sido re- estructurado, donde desciende un sólo equipo en lugar de dos y se eliminó el uso de la Promoción, donde los dos peores equipos que le seguían a los descendidos jugaban una Liguilla contra el tercero y cuarto de la Segunda División, pero esto se eliminó cuando River Plate perdió su serie ante Belgrano de Córdoba y descendió a la B.
El formato del torneo largo es utilizado en Europa, donde, por lo general, terminan saliendo campeones los mismos de siempre porque el equipo con menos rotación, los mal llamados «chicos», no cuentan con los recursos ni la calidad de jugadores para aguantar toda una temporada. Se podrá ahora decir el ejemplo del Leicester City, que rompió todos los pronósticos (hasta me imagino de los jugadores) para terminar consagrándose campeones cuando la temporada pasada se salvaron del descenso. Pero históricamente hablando, siempre son los mismos que pelean el campeonato y terminan saliendo campeones.
En Argentina, a principios de la década del ’90, se empezó a implementar el torneo corto, donde un campeón surgía tras 19 fechas y la siguiente ronda era otro torneo de 19 fechas. Si los dos campeones eran distintos equipos, se enfrentaban entre sí y de ahí salía un campeón. Esto se cambió en 1993 después del histórico campeonato que logró Newell’s Old Boys (donde comenzó su carrera Marcelo Bielsa como DT) venciendo a Boca Juniors. En aquellos años River Plate arrasó en el plano local y jugó por muchísimos años la Copa Libertadores. Los torneos cortos crean más entusiasmo porque los equipos son bastante parejos y hasta la Fecha 12 o 13 no se sabe bien qué equipos son los que pelearán por el título hasta el final, a diferencia de un torneo largo de 38 fechas y que solamente los más poderosos podrán pelear por el torneo, mientras que los otros 16 o 17 equipos pelean por entrar a una Copa.
Al final de cuentas, es la Federación de fútbol de cada país que decide cual es la mejor opción para los seguidores y, como bien diría un relator: «que viva el fútbol.»