Ya comenzaron las polémicas. De a poco fueron aumentando, justo en el momento donde parecía que no iban a haber polémicas arbitrales grandes, aparecieron errores arbitrales que van a dejar lugar a la imaginación de favoritismos.
Hace un rato se consumió el triunfo de Rusia sobre Egipto 3-1, lo que marcó la eliminación de los egipcios del Mundial (impresionante la cantidad de egipcios que habían en el Estadio). En un encuentro muy parejo lo que el árbitro DEBE de hacer es no perder la concentración y, muchísimo menos, cuando la pelota está en el área. Pero nada de esto sucedió. Observen el primer gol de Rusia, cómo empuja el jugador ruso al egipcio y éste pierde el control, mete el gol en contra y el partido cambia rotundamente:
Después de este gol, Rusia tomó una ventaja de 3-0, Egipto comenzó a apretar y, con el VAR, sí le otorgaron un penal a Egipto que cambiaron por gol. De ahí, los últimos 10 minutos fueron con los egipcios totalmente volcados al ataque y hubo un par de situaciones donde podría haber afectado a Rusia, una jugada que pudo haber cambiado el desarrollo del partido y otra que los hubiese afectado para el resto del torneo. Con el partido 3-1 hubo un «abrazo» de un defensor ruso sobre un jugador egipcio, en un perfecto tackle en el fútbol americano y que fue un penal demasiado claro, pero por alguna razón el VAR no fue utilizado (en cuestión del árbitro principal, la ubicación y la concentración son lo que influyen en la decisión del árbitro. Lo que parece algo claro desde un ángulo y cerca de la jugada, puede ser totalmente diferente en la apreciación del árbitro). Unos minutos después hubo una patada de un jugador ruso a uno egipcio y tampoco fue revisado, aunque el árbitro sí lo sancionó. Esto no le quita méritos al triunfo ruso, pero queda esa sensación de qué hubiese pasado si se cobraban estas cosas.
En otro partido polémico, Senegal se llevó un triunfazo ante Polonia 2-1. El problema surge en el segundo gol, ya que el árbitro se apresura en autorizar a que entre el jugador senegalés en medio de una jugada donde los jugadores están atentos a la pelota y no al árbitro, por lo que nadie se da cuenta que autoriza a que ingrese el jugador. Lo más inteligente sería esperar a que la pelota salga de la cancha y ahí autorizar para que no hayan problemas como las que obviamente las hubo al convertir el segundo gol. Recuerden que cada gol cuenta porque si dos equipos igualan en puntos, se define por diferencia de gol:
No queda otra que entender también que los árbitros son humanos y se equivocan, como lo puede hacer cualquiera. A pesar de todo esto, el arbitraje en el Mundial ha sido bastante bueno, como el del argentino Pitana en Rusia- Arabia Saudita o el de Damar Skomina, quien acertó en la temprana expulsión del colombiano Sánchez, ya que la pelota iba en dirección al arco:
Veremos mañana qué ocurre con Uruguay- Arabia Saudita, Portugal- Marruecos y España- Irán.