Una entrevista muy personal y diferente fue la que tuve con mi Profesor de periodismo, Luciano Wernicke. Fui estudiante de Él alrededor del año 2000 y gracias a la magia de las redes sociales me pude conectar y salió ésta charla muy fluida acerca de distintos temas: su simpatía por Chacarita, experiencias del periodismo y hasta fue casi ayudante de campo de la Selección de Costa Rica. Una nota que fue más a modo personal y con gratos recuerdos de mi Profesor. Pueden encontrar sus libros en https://www.lucianowernicke.com/

La Pelota en La Cabeza: La primera pregunta, la primordial, es ¿cómo es que te hiciste hincha de Chacarita?
Luciano Wernicke: Me crié de chico en Flores (nota: barrio de la capital de Buenos Aires), pero iba todos los días o muchos días por semana a San Martín al Club alemán de Ballester y me gustó. O no sé qué sé yo creo que tiene que ver un poco con con cierta onda que tenía el equipo que me gustó, y después mi hermana se puso de novia con un muchacho que era hincha de chico y empecé a ir a la cancha con Él.

LPLC: ¿Algún recuerdo de algún equipo en especial que te acuerda de tu infancia, de Chacarita?
LW: Te recuerdo un equipo muy bueno que terminó sexto en un torneo (nota: Torneo Apertura 1999). Al arco estaba Vivaldo, Serafín García, no me acuerdo del otro central y había un muchacho que falleció hace poco, Robert Lima, un uruguayo. Jugaba «el Burrito» Rivero, no me acuerdo bien el cinco, estaba el Mago Capria y arriba estaban «Carucha» Müller, «el Tweety» Carrario…
LPLC: Es verdad, muy buen equipo…
LW: Sí, fue la segunda temporada después del ascenso del 99 (debajo la foto de éste muy buen equipo de Chacarita).

LPLC: Y te quería preguntar también un poco acerca de los comienzos tuyos en periodismo, ¿cómo fue que te volcaste al periodismo? ¿Fue siempre la vocación de chico?
LW: No, no fue una vocación de chico. Yo recuerdo que estaba en tercer grado o cuarto grado. Hice hacer distintas más de historietas que otra cosa, pero con cierto contenido. Y me gustaba leer el diario desde muy chico y me gustaba mucho leer, leía muchos libros y me sigue gustando. De hecho ayer me leí medio libro en una tarde, tenía ganas de leer y estaba enganchado con una novela y me encantó. Pero bueno, no sé, son cosas que me parece que la vocación. Hay cuestiones que vienen desde desde siempre. No sé si tanto el periodismo, me parece que más las letras, más el escribir, el narrar. El periodismo también es contar, por supuesto, también es investigar. Creo que por ahí pasó la cosa, no? Uno a veces quiere ser escritor y es difícil arrancar cuando tenés 18, 19 años. Entonces, probablemente el primer paso es empezar con el periodismo. Y no soy el único. Hay muchos, muchos escritores que fueron periodistas, casi todos, te diría. Y no voy a citar a Argentinos. Pero por ejemplo, García Márquez era corresponsal, fue a cubrir las cumbres después de la Segunda Guerra Mundial, muchos escritores trabajaron primero como periodistas o trabajaban como periodistas.
LPLC: Con el periodismo: ¿te volcaste más por lo deportivo o se fue dando? ¿Fuiste descubriendo distintos ramos?
LW: No, nunca. Nunca fui un periodista deportivo. Si bien hubiera querido, no se dio, me habían ofrecido. Yo empecé con una pasantía en la agencia DyN de la desaparecida agencia de Ideas y Noticias, que era del Grupo Clarín con una pasantía. Éramos seis chicos de la Universidad del Salvador y empezamos haciendo un poco de todo y levantando cosas de la radio o comunicados de prensa, de esas cosas, que es lo más sencillo. Y con el tiempo fui editor muchos años de política, de economía. A veces cuando sos jefe de turno en ese tipo de empresas se edita todo, desde deportes hasta policiales, política, en fin, todo. Pero bueno, tenés que estar preparado para todo y eso quizás te da una versatilidad. Muchos creen que es mejor especializarse y que el mejor es el que se especializa. A mí me parece que cuando hay que comunicar, el buen periodista puede hablar de cualquier cosa. Y veo que hay muy buenos ejemplos en televisión. Por ejemplo, Antonio Laje es un periodista muy versátil que está a la mañana en Avenida 24, que aborda cualquier tema y siempre con un conocimiento y una capacidad admirable y bueno. Me gusta ese tipo de periodista.
LPLC: Sé que estuviste escribiendo varios libros, estuviste publicando libros que han salido fuera de Argentina y traducidos a varios idiomas. ¿Cuál fue el primer libro con el que saliste?
LW: Bueno, yo había hecho a mediados de los 90, había hecho dos libritos que habían sido ilustrados por «el Negro» Fontanarrosa (nota: autor argentino, tristemente falleció en el 2007) y que habían andado muy bien. Pero después la editorial fue vendida a un grupo extranjero y cortó esa serie. Esa colección en la que yo publicaba, a pesar de que el jefe de ventas me pedía que siguiera escribiendo. Y años después me convocó Editorial Planeta para hacer un libro sobre la Copa del Mundo previo a Sudáfrica 2010. Tenía esos dos libritos que se habían hecho con Fontanarrosa y le gustó mucho. Entonces me convocó. Ese libro tuvo mucho éxito en México, en Colombia, en Uruguay y fue número uno en ventas en esos tres países y tuvo varias reimpresiones. Entonces, alentado por ese éxito inesperado, me empecé a volcar, a escribir más y más libros de fútbol. En principio que era un tema que además me apasiona, porque me gusta escribir, porque también me gusta el fútbol, entonces me otorgaba muchas ventajas porque trabajo en mi casa, con mis tiempos, elijo los temas. A veces cuesta meter los libros en algunos mercados y otras veces no tanto. Me pasa con un libro que se llama «¿Por qué el fútbol se juega 11 contra 11?», que fue publicado y fue traducido a 14 idiomas y por ejemplo en Argentina no fue publicado. Pero bueno, si algún día lo voy a publicar yo mismo, si no hay editorial interesada, porque ahora hay muchos escritores que trabajan con autogestión y es muy fácil vender los libros a través de distintos distintos canales, desde una moto que lo puede llevar a cualquier barrio de tu ciudad hasta el correo que te lleva a cualquier parte del mundo. Entonces hay imprentas que se dedican a hacer trabajos rápidos y de baja tirada, 50 o 100 ejemplares. Ese es un tema que estoy estudiando últimamente para ver qué posibilidades hay en el futuro, porque si bien con un editorial grande llegás a todo el país. Por ejemplo, en este caso de Argentina, es cierto también que se vende menos, pero el porcentaje con la venta es mayor. Entonces a lo mejor se compensa menos volumen con mayor ganancia y eso finalmente termina beneficiando.

LPLC: ¿Cuál el porcentaje que cobran las editoriales grandes?
LW: Normalmente pagan 10% del precio de tapa y el que más gana en realidad es la librería. Claro, y si vos podés autogestionarse, tenés un público y tenés muchos, muchos contactos en las redes sociales y demás, va progresando en ese sentido. Y bueno, tenés la posibilidad de vender. A lo mejor no vendés 4000, pero vendés 400 y ganás lo mismo o más.
LPLC: Y de los libros publicados, ¿cuál es el que más te gusta?
LW: Hay dos libros que me gustan mucho. Son dos ensayos. Uno se llama «¿Por qué el fútbol juega, se juega 11 contra 11?». Ese libro me parece que es muy interesante porque explica muchas cosas que la gente, el público en general, desconoce, no por qué los equipos tienen 11 jugadores, sino otro número o porque los partidos duran 90 minutos.
LPLC: (risas) ¡Nunca lo había pensado!
LW: Probablemente no sea algo fundamental para ser periodista deportivo. No estoy diciendo eso, pero sí es interesante para saber más sobre el deporte que te apasiona. Y otro libro que me gustado mucho salió hasta ahora solamente salió en Estados Unidos y Canadá, que se llama el «Dark Goals» (nota: el libro se puede comprar en Barnes and Noble en Estados Unidos) y es un ensayo sobre el uso del abuso del fútbol por parte de dictadores políticos y otros personajes populares.
Básicamente por la política se usó el fútbol también para tratar de beneficiarse, congraciarse con la gente y todas esas cosas de una manera muy truculenta, por cierto. Pero bueno, el ensayo me parece que es muy interesante, va a salir en varios idiomas más próximamente, pero es ese tipo de libro que me gusta. Éstos tienen como un gusto especial porque me obligaron a investigar mucho más. Me quedo en lo fortuito, en el hecho de un auto, un perro entró a la cancha y se hizo una pelota y la mandó a la red. Eso puede pasar o no, pero claro, me parece mucho más interesante. Podés investigar cosas que los que tienen el poder no quieren que se sepa.
LPLC: Te quería preguntar, volviendo a uno de los temas de tus libros: ¿por qué se juega 11 contra 11?
LW: Te lo voy a responder con tres palabras: Compren mi libro. (risas) ¿Sabes por qué? Es como si yo fuera un novelista que de hecho ahora va a salir una novela en español en Estados Unidos. Es mi primera novela, pero es como que le van a preguntar «¿quién es el asesino?», más o menos lo mismo. Me parece que el título de ese libro es lo suficientemente atrapante y tiene gancho como para que la gente esté interesada en saberlo. Y si yo lo cuento, voy a perder ese interés de verdad.
LPLC: (risas)Ahora me dejaste intrigado, hay que comprarlo. Te quería comentar ésto del otro libro de política. Es algo muy interesante también. Hay muchos casos.
LW: Sí, sí, sí, sí, muchos casos. El libro tiene 14 capítulos, pero hay uno que incluye varios casos dentro de un mismo capítulo. Pero básicamente expongo los más, no sé si los más emblemáticos, pero sí algunos que fueron realmente muy, muy duros, que son quizá más conocidos, como el caso de Hitler y Mussolini. En general, mucho no se sabe con respecto al fútbol, porque Hitler no le gustaba el fútbol, pero el nazismo sí utilizó el fútbol y de manera despiadada, realmente muy asquerosa. Mussolini sabemos que sobornó árbitros y demás en el Mundial del 34, cuando Italia fuera campeona. Pero hay cuestiones que son mucho más profundas que esa. Ahí, realmente el fascismo armó una estructura para sacar provecho del fútbol de muchos aspectos, no solamente con la Copa del Mundo. Y después tienes casos como Médici, el dictador de Brasil, cuando Brasil ganó el Mundial de México 70, que es muy interesante cómo él se aprovechó también de eso. Bueno, Francisco Franco, que fue probablemente el que mejor supo entender el fútbol para decirlo, utilizado políticamente. Pero después también estaba Bill Clinton o Pinochet, la Junta Militar Argentina Octubre, los muy interesantes que tienen que ver con el Mundial de España 82 y la Guerra de Malvinas. Bueno, Saddam Hussein utiliza el fútbol para tratar de sostenerse en el poder.
LPLC: Te lo cuento en forma más personal, siendo armenio, con Azerbaiyán, organizando la Eurocopa todo eso después de haber hecho una tremenda guerra contra los armenios (nota: en el 2020 hubo una guerra de 44 días que comenzó Azerbaiyán. Hace unos seis meses invadieron Armenia y sigue la Armenophobia, inclusive a Aliyev, el Presidente, ya han sacado a la luz todos sus negocios turbios. Hay un bloqueo de hace 100 días de parte de Azerbaiyan donde no llegan remedios ni comida a la gente que reside en la zona de Artsaj y que inclusive la Corte Internacional sentenció que el bloqueo debía levantarse.)
LW: En realidad hay que ver cuál es el verdadero uso del fútbol en ese caso. Por ejemplo, a mí me preguntaba un editor de Hungría que va a publicar este libro si no podía incluir un capítulo sobre Qatar y Rusia. O sea que el uso del fútbol que hace el tipo, el qatarí, es solamente para beneplácito personal. El Mundial se inauguró, se hizo en su país. Tampoco creo puntualmente que la muerte de trabajadores en los estadios, que es una cosa terrible tenga que ver solo con el Mundial, porque yo estuve en Qatar, en Doha, en la capital, que está lleno de rascacielos. Y yo sospecho que si murió gente construyendo estadios de fútbol, también debe haber muerto gente en esos rascacielos o en las autopistas que se construyeron, que son primerísimo primer mundo en los puertos y en todas las estructuras gigantescas que hay en ese país. No, no creo que sea una cuestión exclusiva del fútbol. Y con respecto a Putin, tampoco. Qué sé yo. Quizá no, no tengo acceso a esa información, pero yo no veo un uso del fútbol. Putin realmente necesita el futbol? Mussolini sí necesitaba del fútbol. Francisco Franco sí. Necesitó del fútbol para unificar España después de la Guerra Civil. Pinochet sí se valió del fútbol, la Junta Militar de Argentina? Ni hablar. Yo lo vivo por ese lado. Lo otro quizás son caprichos de gente con mucho dinero que quisieron que en su país se organizara el Mundial. Y personalmente creo que Rusia tenía derecho a organizarlo. Digo, ya se había hecho dos veces en Alemania, dos veces en Francia, dos veces en Italia. ¿Por qué no en Rusia? Una que es el país más grande del mundo y por otra parte, Qatar. Bueno, es ese país. Me parece que no tendría que haber sido sede solamente un país árabe, hubiera estado bien con varios árabes. De hecho, ahora el próximo Mundial se va a jugar en tres países gigantes en México, Estados Unidos y Canadá. Y la verdad es que con una infraestructura espectacular y muy, muy propicia para este tipo de eventos, entonces podrían haber hecho un Mundial en Qatar, Emiratos y ahí sí, a lo mejor no iba a haber que poner esas carpas espantosas que pusieron en algunas playas donde la gente sufrió muchísimo y le cobraban mucha plata para alojarse a los hinchas. Qatar no estaba preparado para recibir la Copa del Mundo. Entonces, si vamos a repartir el Mundial en tres grandes países como estos tres gigantes de Norteamérica y bueno, entonces por qué no se hizo así con éste con Qatar, Emiratos y Arabia Saudita, por decir algo. Pero me parece, me parece bien que se haga el Mundial en esos territorios porque, como lo dice la palabra, tiene que jugarse cada cuatro años en distintas partes del mundo y no por eso dejaron alguna afuera.
LPLC: Yo pensé lo mismo. Muchas veces traté de no decir nada porque es que uno queda visto como que sos controversial, pero opino lo mismo, fuera lo de la esclavitud que dijeron y todas esas cosas. Digo el tema de que haya fallecido gente,como decías, construyendo rascacielos también habrá gente que lamentablemente falleció.
LW: Pero ahora digo, si trabajás a 50 grados al sol, haciendo un estadio, haciendo una autopista o haciendo un edificio, es el calor.
LPLC: ¿Estás a favor del Mundial de 48 equipos?
LW: No, porque el de Qatar y otros más han demostrado que la estructura de competición es extraordinariamente buena. Este Mundial de Qatar ha tenido definiciones en prácticamente todos los grupos en la última fecha, con situaciones totalmente cambiantes que en un momento clasificaba uno, en otro momento otro. Estaban los dos partidos jugando al mismo tiempo y todavía no se sabía quién se iba a pasar de ronda, ¿no? Y hablo del grupo de Argentina, por ejemplo, que no se sabía si iba México y de pronto le hizo un gol a Arabia Saudita y podía estar, y de pronto Polonia, y después en el grupo de España o en Alemania. En un momento estaban clasificándose Costa Rica y Japón. De pronto Alemania hizo un par de goles y pasó a clasificarse. Entonces, esas cosas para mí ese formato de competencia es perfecto. Perfecto, porque el Mundial duró un mes y nada más lo tenés que prolongarlo excesivamente. Y además el de 48 equipos tiene un problema: si debutan con una derrota después pasar de ronda va a ser imposible. Imposible porque los equipos que vienen a continuación, ya que te ganó, está prácticamente clasificado y el otro que va a jugar contra vos si juegan primero entre ellos y con un empate, chau. Vos estás obligado a ganar o ganar. Mirá lo que Argentina de hecho tuvo que ganar o ganar, porque como se ha visto, Argentina con otra estructura de torneo, a lo mejor no pasaba de ronda, como con España y España cuando empieza también con una derrota (nota: se refiere al Mundial del 2010), igual que Argentina y después sale campeón. Pero el rival no es lo mismo. Entonces es muy complicado, es muy complicado. Me parece que va a generar mucha más especulación. Claro que después vamos a empezar de dieciseisavos de final. La parte más linda, si se quiere, del torneo. La que cada partido es uno y nada más. Y eso también le da un plus positivo, ¿comprendés? Porque aquí tiene sus pros y sus contras. Ahora yo me decía 48 equipo, no, para eso prefiero que sea de 64, por ejemplo, y que sea el clásico, claro, con 16 equipos, 16 ronda 16 clasificados y arranca de dieciseisavos de final. Lo que pasa es que no termina más.

LPLC: Para el próximo Mundial con 48 o cuánto tiempo durará el Mundial? Si este fue un mes con 48 equipos…
LW: La primera ronda es de tres partidos, entonces ahí se corta.
LPLC: Sí, yo sé, pero igual son partidos adicionales. O sea, a mí me pasa a veces con los mundiales, cuando ya este tipo Cuartos de Final estoy un poco saturado con tantos partidos. Por eso te digo, imaginate con, vamos a suponer, 15 partidos más. Va a ser complicado hasta ese momento como que va a ser una saturación de partidos.
LW: Bueno, pero ellos tienen que quedaron los partidos de que es como que se va a matar o morir en la segunda fase. Si ellos especulan con eso, es sin duda lo más atractivo. Pero tal vez no sea lo más justo, porque es justamente la definición por penales es la que hace que que a lo mejor el que pase no sea el que mereció haber ganado en los 90 o 120 minutos.
LPLC: Te quería preguntar el último Mundial y me da risa la cantidad de gente que está enojada porque ganó Argentina el Mundial…
LW: No, no, no, a mí no me preocupa eso, ni siquiera me pongo a tratar de entender. No, no, no me importa si la gente no le gusta lo que gana Argentina es problema de esa gente.
LPLC: Te voy a preguntar un poco acerca del periodismo en general, ¿por qué crees que hay tantos periodistas que hacen preguntas por ahí, no fuera de lugar, pero como preguntas muy tontas en conferencia de prensa?
LW: No podría dar una explicación sobre eso. No lo sé. Tal vez yo, de hecho, alguna vez hice una pregunta tonta. ¿Qué pregunta es certera? La verdad es que eso no lo sé. No, no lo sé. A veces puede pasar que que el periodista no esté informado del tema que tiene que tratar. A veces puede pasar que no tenga interés, que esté aburrido. Hay muchas cuestiones. Hay muchas cuestiones. A mí me ha pasado de, por ejemplo, ir a cubrir una nota, no esperar que termine una reunión y que salgan las personas que están en esa reunión a informar a la prensa. No sé, un ministro o un secretario, o un empresario o lo que sea. Y a lo mejor ellos dicen bueno, la reunión termina a las 12 y vos a la una terminas de trabajar, te tenés que ir a otro trabajo y el fin de la reunión se va alargando, alargando, alargando y vos estás ahí y no te podés ir. Entonces ya te pone de mal humor y cuando salen ni preguntas, pues quieres pasar la información lo más rápido posible para irte a otro lado, que es donde tienes que ir un trabajo, la familia o no sé, lo que tengas que hacer, ¿comprendes? O a lo mejor la empresa no te paga horas extra.
Los periodistas son seres humanos y no es tan sencillo decir que un periodista actúa de determinada manera o de otra. Lo mismo se puede decir de un colectivero que de pronto va un poco más rápido porque tiene que llegar a tiempo. Se retrasó por algún problema. ¿Comprendes a lo que voy? Todos somos personas que estamos cumpliendo una labor. Ahora me decís te mandan a un Mundial, vos sabés que tenés que estar las 24 horas porque además cobrás horas extras, cobrás viáticos y estás en un Mundial las 24 horas a disposición de la empresa que te mandó el Mundial para determinada cobertura. Ese es un contexto completamente diferente, ¿entendés? Una cosa es que te manden a una noticia que a lo mejor no sale en ningún diario, que no le interesa a nadie. Y vos tenés, que sé yo que llevar a tu hijo al médico y para vos en ese momento es más importante. Y otra que vos tenés en un viaje, una cobertura en la que estar 24 horas a disposición son vitales y tenés que estar atento, tenés que prestar atención a un montón de cosas, a un montón de cosas, porque insisto, somos seres humanos. Entonces tenés que alimentarte bien antes de ir a la cobertura. Tenés que estar preparado para cualquier contratiempo que pueda pasar como ser humano. A eso me refiero.
LPLC: Y quería preguntarte también, ¿por qué hay muchos que estudian periodismo, van a las escuelas pero no logran entrar en el mercado y que les paguen, por ejemplo?
LW: Yo creo que eso pasa en cualquier, en cualquier profesión, no solamente en el periodismo. Todos, todos los que tienen un emprendimiento quieren pagar lo menos posible. Y si pueden no pagar, no pagan. Yo creo que se abusa mucho de los chicos que estudian periodismo y les sirve de una publicidad como si uno fuera el gerente de ventas de comercial de Canal 13 (nota: canal de Argentina), que conoce a todos los empresarios. Entonces llama y dice «Señor, señor Arcor, ¿me pones una publicidad en mi Pirulo que voy a empezar a cubrir los partidos de de Midland?». Y no es así. No, no, los chicos que estudian periodismo no tienen acceso a publicidad, ¿cómo van a conseguir publicidad si no conocen a nadie? Si alguno puede tener la ayuda de un hermano, de un padre, de un vecino que a lo mejor conoce a alguien, pero no, pero no es la absoluta minoría. Es muy cruel ofrecer ese piso. No es trabajo, eso es un abuso y un aprovechamiento de la gente, porque además saben que si ese chico no cubre los gastos, hay otro que a lo mejor lo hace y a lo mejor hay otro que no ha estudiado periodismo pero que también lo quiere hacer, cree que es fácil y lo puede hacer y a lo mejor lo hace bien. Pero digo, hay mucha gente que tiene ganas de hacer esas cosas. Entonces como hay poca oferta de trabajo, pero mucha gente que quiere trabajar, esos que se abusan de esa situación.
LPLC: Claro, cuando vivía en Argentina, estaba trabajando con el sobrino de José María Muñoz (nota: fue por el año 2001 o 2002, era demasiado abusivo con un tono muy desafiante y con insultos con todo el personal, especialmente con tres de Nosotros que habíamos empezado a trabajar ahí. Alguien me lo justificó con «tiene mucha presión y quizás por eso es medio agresivo, pero es buen tipo») y me acuerdo me puso dos veces al aire, empecé a especializarme en básquet porque sé que en Argentina el fútbol estaba saturado y fue justo antes de que Argentina empezara a explotar en el básquet y yo empecé más a hablar de eso que fútbol, porque me dije «el fútbol es un mercado muy saturado». Todavía me acuerdo de la cara de Él y de varios y su sorpresa de cómo dí noticias en forma tan fluida con solamente 21 o 22 años en una emisora que iba a toda la República Argentina y de repente, a la semana siguiente, me dijo «te mando a que atiendas los teléfonos porque no estás trayendo publicidad» y yo me quedé pensando «¿y esto?» Y ahí fue, ahí me di cuenta como era…
LW: No te están contratando como periodista, te están contratando como vendedor de publicidad. Hay gente y me consta que además se queda con el 95% de lo que conseguís, o el 90 o el 80.
LPLC: Te quería hacer la última pregunta como para ir cerrando la nota: ¿preferís trabajar por un medio partidario de Atlanta por un año, ir a todas las canchas de local y visitante con el medio partidario de Atlanta o tenés que escuchar un año seguido los siete días de la semana a Romeo Santos?
LW: Bueno, por suerte no necesito elegir entre esas dos cosas (risas). No, no, ninguna de las dos. Tengo la opción de decir ninguna de las dos. De todas maneras, no me parece mal trabajar para un medio partidario de Atlanta. No, me parece que es algo interesante, no lo veo como un castigo. De ninguna manera. De ninguna manera. Cuando vos trabajás en fútbol, un profesional se saca la camiseta si quiere trabajar y quiere hacer algo. Yo trabajé con el cuerpo técnico en la selección de Costa Rica (nota: fue como Jefe de Prensa) y me acuerdo que fuimos a jugar la Copa Oro a Estados Unidos. Esto fue en el 2019, mientras se jugaba la Copa América en Brasil, que Argentina perdió un partido muy controvertido con Brasil, con el VAR y qué sé yo. Yo soy totalmente franco. Yo no vi nada de Argentina hasta que Nosotros quedamos eliminados y me acuerdo que vi un partido cuando volvía para acá, para Argentina, que después vine a ver a mis hijos y a mi mujer. Hace dos meses que no los veía y ví un tiempo del partido con Brasil, en el aeropuerto de Panamá en la escala, ¿entendés? Pero la verdad que cuando yo mientras estaba trabajando para la selección de Costa Rica, soy costarricense y me parece que está bueno. Eso es ponerse la camiseta del lugar donde está trabajando para dar lo mejor de vos, porque si le va bien a la selección o le va bien a un medio, le va bien donde un lugar donde vos estás trabajando, a vos también te va a ir bien. Me parece que eso pasa por ese lado, no por por tener empatía con el lugar donde estás trabajando. Si no, no tiene ningún sentido. Hay gente que va a trabajar para cumplir y eso es realmente muy triste. Una cosa que yo diga bueno, no consigo trabajo de periodista, entonces voy a conducir un taxi, o un Cabify o un Uber. Y bueno, manejas y haces, vas por donde quiere y no le haces caso a lo que te dicen. Está bien, pero no estás trabajando porque no te queda otra y no lo hace. No haces lo que a vos te gusta. Ahora, si vos el periodismo te gusta el periodismo y trabajás de periodista y vas y trabajas como un chanta, y exceptuando esas cuestiones que aclaré antes, es otra pregunta que a veces puede pasar que justo el mismo día que tenés una nota tenés que terminar e irte, porque no sé llevar a tu hijo al médico por decir algo o ponerte la camiseta del medio y tratar de dar lo mejor. Así que si yo tuviera ganas de trabajar en la cobertura de Atlanta, porque hay una cuestión que es muy interesante y a mí me apasiona ir a la cancha y a ver fútbol. El año pasado fui a presentar unos libros. Estaba en Europa, estaba en Viena, Austria y ahí jugaba el Viena contra un equipo que yo no sabía que existía y lo fui a ver. Y entonces yo tengo tiempo y ganas y estoy en un lugar donde hay un partido de fútbol. Yo lo voy a ver y si tengo que trabajar en esa campaña y me gusta lo que me proponen y creo que como digo, amerita por lo que pagan, que yo no pase los fines de semana con mis hijos. Pero bueno, voy a hacer una actividad que me gusta y encima me van bien remunerada. Lo haría con muchísimo gusto y placer. No, no creo que pase porque sea Atlanta por caso, o si me llamaron para trabajar como jefe de prensa del club Atlanta iría, pero con muchísimo gusto.
LPLC: Me dejaste sin palabras…
LW: Lo que pasa es que estamos hablando de trabajo profesional y no estoy hablando de fútbol. Son tres cosas que a mi me gustan. Entonces hace un tiempo no voy a decir qué club, pero me ofrecieron ser jefe de prensa de un presidente que iba por la reelección y a mí me encantó la propuesta, pero resulta que después no me gustó cómo se manejaba la gente y decidí dar un paso al costado. Pero por otra cuestión estábamos en medio de la pandemia y los tipos te dicen «bueno, nos juntamos mañana» en medio de la pandemia, cuando no podía salir nadie de la casa y «nos juntamos mañana a tal hora». Entonces vos tenías que pedir el permiso. Tenía que combinar con mi esposa, que en ese momento tenía un trabajo que podía trabajar en lo de cuatro o cinco horas. Entonces ella cambiaba el turno y resulta que lo que te dice «no, en realidad no lo vamos a hacer. Lo que va a ser mañana y en lugar de las 12 va a ser a las cuatro». Y como estamos en medio de la pandemia, le estás cambiando al usuario todo el tiempo. Le expliqué que yo tengo dos hijos que no van a la escuela decir o me quedo yo, se queda mi mujer. Bueno, en fin, renuncié y después, por suerte, ese imbécil terminó perdiendo las elecciones por ocho votos, creo. Un gran amigo mío era el presidente de una filial de ese club y quizá la más grande de ese club. Todos iban a votar al que ganó. Pero cuando supo este muchacho que yo estaba trabajando para el tiene, el presidente dijo «te votamos, lo votamos a este tipo». Bueno, la cuestión es que lo mandé a freír churros para no decir otra cosa y lo primero que hice fue llamar a mi amigo y le digo «No flaco, voten al otro». Y terminó ganando el otro por ocho votos. Y te puedo asegurar que ahí había 250 300 votos, con lo cual perdieron la elección por ser tan tarados, por no ser por ser mala, porque aparte era mala gente, mala gente que gente que maltrata a todo el Mundo si es que no le importa, no le importa la otra gente. Yo hice la reunión. Yo digo cuando vas con el auto tenés un auto importado, vas a la hora que querés porque no tenés otra cosa que hacer. Pero hay gente que también tiene familia y no tiene un empleado doméstico para dejar a los chicos. Entonces brindé con champán por la derrota de esa mala persona.