Hace unos artículos declaré públicamente que soy simpatizante de Argentinos Juniors. Hoy, 15 de Mayo del 2016, el equipo se encuentra al borde del descenso, lo que sería el cuarto descenso de la institución, el tercero desde 1996 y dos veces en dos años (2014 y 2016). Algo ilógico cuando era chico, pensar en que Argentinos Juniors fuese un equipo de Segunda División, teniendo en cuenta que, si armo un equipo de jugadores surgidos de las Divisiones Inferiores, se puede armar una Selección Argentina.
¿Cómo fue que me hice simpatizante? Un día de Diciembre, precisamente el 8 de aquel mes pero en 1985, Argentinos Juniors jugaba la Copa Intercontinental (el ganador de la Copa Libertadores contra el ganador de la Liga de Campeones de Europa) ante la poderosísima Juventus de Italia, que contaba con un plantel de lujo: en el arco tenía a

Stefano Tacconi (portero de la Selección), en defensa contaba con Cabrini y Scirea, en el mediocampo la gran estrella del momento, Platini y como delanteros otra gran figura de Dinamarca, Michael Laudrup junto a Aldo Serena. La cuestión es que a mi temprana edad, a los 5 años, obviamente no distinguía a los equipos pero cuenta la leyenda (según la versión de mi madre) que mi Papá (que era hincha de Boca Juniors) se sentó a ver el partido y le comentó a Ella «mirá, juega Argentinos Juniors» y yo fui corriendo y pregunto «¿Quien juega?» y me dice «Argentinos Juniors.» En aquella época mi color favorito era el rojo y relacioné a Argentina con Argentinos Juniors y dije «bueno, yo soy de ese» y de ahí nació el fanatismo que nunca más se cambió, salvo por un pequeño lapso alrededor de los 13 años cuando falleció mi papá. Pero recuerdo las sabias palabras que me dio a los 9 años: «se puede cambiar todo menos tu equipo de fútbol.» Finalmente ese partido Argentinos lo tenía en el bolsillo ganando 2-1 pero ante tantas figuras se hace difícil de sostener y Michael Laudrup lo empató a 8 minutos del Final y lo terminó ganando el equipo italiano por penales. Un año después, este gran equipo argentino (claramente el equipo de la década) se llevó otra Copa Internacional, la Recopa Interamericana (el ganador de América del Sur contra el del Norte y Centro América y el Caribe) ante el Defense Force de Trinidad y Tobago, siendo el equipo de La Paternal (el barrio en el corazón de Buenos Aires) ganando 1-0.
Con el correr de los años, se empezó a decaer el equipo. En la temporada 1988/89 apareció Fernando Redondo en escena, creando un revuelo por su fútbol fino y preciso, justamente lo que representaba históricamente la institución y, vaya paradoja, es donde comenzaron los problemas insitucionales: por un problema administrativo el plantel entero se había

quedado en libertad de acción, pero más del 90% del equipo entendió eso y volvió a arreglar su contrato, mientras que Redondo, junto a Silvio Rudman, tomó ventaja de esta situación y se fue con el pase en su poder a Tenerife de España. Los años siguientes empezaron a surgir problemas económicos, el equipo ya no era lo que supo ser y se produjo un quiebre: Boca Juniors compra el Club Parque (un club de donde se abastecía Argentinos Juniors) y luego, en una cifra que nunca se supo en forma oficial, se lleva un paquete de jugadores juveniles a punto de jugar en Primera División, donde figuraba Juan Román Riquelme. A todo esto, era tan mala la situación del Club que tuvo que trasladar su localía a la Provincia de Mendoza. No era que solamente no jugaba de local en su propio Estadio porque estaba inhabilitado por deudas hacia la Ciudad de Buenos Aires durante muchísimos años teniendo que jugar en el Estadio de Ferro Carril Oeste sino

que ahora debía trasladarse a otra Provincia con la pretensión, con la supuesta ayuda de la televisora Torneos y Competencias, de armar un equipo competitivo. Entre medio de toda esta ensalada de problemas, se jugaba anualmente la Supercopa, un torneo que jugaban todos los campeones de la Copa Libertadores y Argentinos Juniors terminó jugando de local en Miami ante Atlético Nacional de Colombia. Tampoco no nos olvidemos que en 1993 casi se va al descenso.

En 1995 se produce el «pase» que crea la Ley de la Patria Potestad: Esteban «Cuchu» Cambiasso se va, junto a su hermano, a las filas del Real Madrid sin dejarle un centavo a la institución que lo formó. Como simpatizante siempre pensaba «qué mediocampo hubiese tenido Argentinos si hubiesen jugado juntos Cambiasso y Riquelme en Primera…»
En 1996 el equipo ya peleaba los últimos lugares y se encontró peleando el descenso y fue lo que ocurrió: ante Rosario Central en el Estadio de Atlanta, perdiendo 6-1. Recuerdo estar en la cancha aquella vez y no entendía lo que pasaba. Empezaba a pensar «¿de verdad que está ocurriendo esto? ¿Argentinos va a jugar contra equipos que nunca pensé iba a poder jugar?» y ocurrió el descenso.

Fue un solo año, el equipo ganó el campeonato sufriendo peleando mano a mano contra Godoy Cruz de Mendoza y Talleres de Córdoba. Se mantuvo en Primera unos años, volvió a bajar en el 2002 donde misteriosamente peleaba el descenso contra Unión de Santa Fe y el equipo santafesino goleó a San Lorenzo 4-0 con gente riéndose en las tribunas (en 1982 Argentinos Juniors mandó al descenso a San Lorenzo ganando 1-0). Ahí estuvo un par de años, para volver a Primera en el 2004. Tras pelear los descensos, finalmente logró cierta estabilidad y logró coronarse campeón en Mayo del 2010, tras 25 años, jugando un fútbol ofensivo y vistoso, fiel al estilo del Club con un emblema como «Bichi» Borghi en el banco de suplentes. Después de ese torneo empezó el descalabro: se fue la base del campeón y el DT se fue a Boca. El equipo empezó a caer en un pozo, trajeron jugadores que eran la sombra de aquellos, se perdieron juicios millonarios, el equipo desciende en 2014, el Pasivo supera los 100 Millones de Pesos, se crea un torneo de Primera de 30 equipos, ascendiendo 10 equipos de la B, vuelve y se retira Riquelme en el Club y ahora, siendo el 15 de Mayo del 2016, está a un soplo de volver a bajar la Segunda División.
Esto ya lo he vivido años anteriores y he visto milagros sucederse, pero este plantel está

compuesto, en su gran mayoría, de juveniles del Club más el Pocho Insua y Ledesma, que volvieron al Club para intentar salvarlo del descenso. Como hincha o simpatizante, lo último que uno pierde es la fe en su equipo y me despido diciendo «Argentinos es de Primera y de Primera no se va…»